Add parallel Print Page Options

Desde el principio del mundo,
    ningún oído ha escuchado,
ni ojo ha visto a un Dios como tú,
    quien actúa a favor de los que esperan en él.
Tú recibes a quienes hacen el bien con gusto,
    a quienes siguen caminos de justicia.
Pero has estado muy enojado con nosotros,
    porque no somos justos.
Pecamos constantemente;
    ¿cómo es posible que personas como nosotros se salven?
Estamos todos infectados por el pecado y somos impuros.
    Cuando mostramos nuestros actos de justicia,
    no son más que trapos sucios.
Como las hojas del otoño, nos marchitamos y caemos,
    y nuestros pecados nos arrasan como el viento.

Read full chapter

Bible Gateway Recommends